miércoles, 28 de junio de 2017

Masacre y orgullo. Borderlands y la representación LGTB.



Hace cosa de un mes y medio, la escritora Laura Gallego protagonizó una polémica en redes sociales porque "no hacía personajes LGTB para visibilizar". Lo cual me resulta raro teniendo en cuenta que hizo un personaje gay en Memorias de Idhún sin que su personaje estuviese plenamente definido por su sexualidad y aquí no pasó nada. A Laura Gallego no le voy a decir nada directamente, pero sí que me gustaría remarcar estas declaraciones para hablar de un problema de la narrativa a este respecto: hay más de uno y más de dos autores que creen que "darle visibilidad al colectivo LGTB" es hacer historias exclusivamente basadas en los problemas que tienen por su condición sexual. Esto me sienta como una puñalada en el esternón no sólo como bisexual sino como (mal) intento de escritor. Obviamente LA COSA NO VA DE ESO, va de que sencillamente hagas que un personaje tenga otra condición sexual, sin más, sin darle más importancia a una trama que vaya de cualquier otra cosa. La propia Laura Gallego hablaba de que "si no tenía un sentido en la trama no tenía por qué hacer un personaje homosexual". Bueno, por esa misma regla de tres tampoco tendría por qué ser hetero, ¿no?

Para demostrar esto, dado que esto es un blog sobre videojuegos,voy a hablar de Borderlands. Sí, un puto juego de tiros de esos violentos sin supuestamente nada que aportar ni profundidad ninguna.

Veréis, una de las cosas más guays del lore de Borderlands es que la gran mayoría se descubre a través de las misiones secundarias que aceptas o dejas de aceptar. La historia principal tiene su miga (Bastante más de lo que te esperarías en un principio) pero lo que le da su sabor especial es ir haciendo las misiones que te van encargando los distintos personajes, sobre todo si son los que te encuentras en Sanctuary, que te van dando distintas misiones con las que descubrir su trasfondo y su historia. Pandora es un planeta sin ley, y eso no es sólo una excusa para pegar tiros, sino que es un lugar en el que va a acabar gente de lo más variopinta por distintos motivos. Esto es genial porque te va dando unos bosquejos de su vida según te van contando. Y eso incluye su sexualidad.


Pongamos el ejemplo de Sir Hammerlock. En un momento dado te dice que un antiguo novio suyo estaba investigando una especie de animales de Pandora cuando lo mataron, y que vayas a por lo que tenía hecho.

Espera, ¿Novio? Pues sí, resulta que Sir Hammerlock es gay. Y te lo dice de pasada en una misión secundaria, si parpadeas te lo pierdes. También te dice de pasada que un animal del tamaño de un camión le arrancó el brazo de cuajo, porque además de gay es cazador e investigador. Curiosamente, hay una misión que consiste en matar a ese animal por él pero no una de buscarle novio ni nada así. Qué cosas, oye. ¿No se supone que la sexualidad era algo ESENCIAL en la construcción de un personaje LGTB o si no para qué?



Otro ejemplo, Janey Springs. Este personaje de Borderlands The Pre Sequel nos pide cargarnos a un tal Deadlift para que los dos podáis llegar a la colonia de Concordia. Cuando vas a por él, te explica que quiere que lo mates porque la dejó tirada allí y porque no se tomó muy bien que le dijera que no le iban los tíos, pero sobre todo porque es un capullo.

Vaya, otra vez que te dicen de pasada que una chica es lesbiana. Si juegas sus misiones secundarias te contará la historia de su ex muerta, sí; si haces otra conseguirá el teléfono de una tal Amelia, también; y si juegas con Athena dejará caer que le mola, cierto, pero ya. No supone nada que oculte o reste valor a su profesión como chatarrera y vendedora. Es más, cuando consigue el número de Amelia dice "no conozco la palabra nada" porque en realidad iba a hacer un negocio pero no salió.



Pero lo mejor es que este tratamiento se extiende a las relaciones heterosexuales. La más destacable es la de Roland y Lilith. Aunque a Lilith le encantaría comérselo todo a Roland, entiende que están en medio de una guerra y que hay cosas más importantes. Y aún así, antes del asalto al Control Core, le tira una ficha del tamaño de un planeta, porque Mambrú se va a la guerra. No son demasiado extensos y siempre están pasando cosas más importantes alrededor, así que se entiende que es un momento emocional de tener que decírselo por si no hay otro momento.




En resumen: claro que se pueden hacer historias con personajes LGTB sin importar cuál sea y sin que sea especialmente relevante, porque no tendría por qué serlo. Ser hetero, homo o bi no debería ser más característico de una persona que su color de pelo o si lleva gafas, y pretender que sólo se pueda hacer un tipo de historias con personajes LGTB es hacer un flaco favor, no sólo al colectivo, sino a las historias en general.

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