miércoles, 30 de diciembre de 2020

THE GAME OF THE YEAR 2020 EXTRAVAGANZA

Ah, las fiestas de fin de año, ese momento en el que se pone el árbol, los villancicos se ponen a todo volumen por las calles y la familia lo arruina todo en la cena. Pero no pasa nada, porque también es un momento estupendo para echar la vista atrás, recordar todo lo que ha pasado este año y... ah, ya.
Vale, nuevo plan, con el tema de que estuve más de tres meses sin salir de casa, tuve un montón de tiempo para jugar a bastantes videojuegos, así que, por primera vez en mi vida, me siento con la confianza suficiente de realizar una de esas bonitas listas de juegos del año, que siempre son una manera bien chula de cerrar el año y celebrar que, al menos, los juegos han estado ahí para alegrarnos un poco el tiempo. Pero antes de empezar, me gustaría dejar claras las reglas: 
     
    1. NO ME VOY A LIMITAR A JUEGOS QUE HAYAN SALIDO ESTE AÑO: A lo Videogamedunkey, esta lista es de juegos que YO he jugado este año, no de juegos que hayan salido este año. Así me aseguro calidad y variedad. No es que no salgan juegos maravillosos todos los años, pero la verdad es tengo mucho que repasar de años pasados y si me centrara en juegos de ese año no jugaría ni la mitad de lo que quiero jugar.

    2. NO VA A HABER UN ORDEN NUMÉRICO: Los tops ordenados me resultan increíblemente difíciles y arbitrarios, ya que son juegos muy diferentes entre sí. Por tanto, nada de orden numérico.

    3. VA A HABER UN JUEGO DEL AÑO: Lo que sí que tengo más claro es que, de entre todos esos juegos, ha habido uno en el que he pensado más, me ha atrapado de una forma que ningún otro ha hecho o simplemente me resulta el mejor en general. Ese será declarado el juego del año.

    4. LA SECCIÓN DE MENCIONES ESPECIALES NO TENDRÁ JUEGOS: Se me ha ocurrido hacer algo original con la sección de menciones especiales ya que, al contrario que mucha gente en internet, los videojuegos no son absolutamente toda mi vida. Aquí incluiré otras cosas de otros medios que me han gustado y el motivo por el que los recomiendo en una frase o menos.

¿Tenemos claras las normas? Pues al tema. Aquí tenéis a los ganadores de este prestigioso galardón que me acabo de inventar: Mis juegos del año 2020.




-A HAT IN TIME (Gears For Breakfast, 2017)

A Hat In Time sólo se puede describir con una palabra y esa palabra es "adorable". Hat Kid tiene más carisma que todos los protagonistas de Pérez Reverte juntos, el juego se controla de lujo, hay mil y una situaciones extravagantes y cuquis al mismo tiempo, todo es más bonito y luminoso que en la vida real y hasta los matones de la mafia son majos. Las pequeñas historias de cada mundo se desarrollan de una forma lógica e interesante y a veces hasta se permiten el giro inesperado. Los niveles son enormes, llenos de objetivos y pequeñas monerías en cada esquina. Y además tiene uno de los guiones más graciosos que he visto en años. Al final, A Hat In Time está aquí porque es un juego sencillo y entretenido que me hace feliz, y si algo ha hecho falta este año es eso. 






-RESIDENT EVIL 2 REMAKE (Capcom, 2019)

En Resident Evil 2 Remake, la tensión está medida con precisión matemática. Y no me refiero solo a la dificultad inteligente que hace a los Zombis más difíciles de matar si el juego cree que te sobran balas. Es más bien la simple artesanía de saber colocar una caja de munición justo cuando la necesitas, pero que sólo tiene 8 balas, o que los objetos críticos para los objetivos obliguen a recorrerse a pata todo el puñetero edificio infestado de gente muerta que te quiere comer. El juego está constantemente lanzando bolas curvas que el jugador debe intentar sobrellevar lo mejor que pueda, además de saber gestionar su inventario de forma que no tenga que dejar cosas atrás, porque ya lo decía mi madre: el que no tiene cabeza, tiene que tener pies. Y un montón de hierbas verdes.
Mr. X es el culmen de esta filosofía de diseño. Justo cuando crees que lo tienes todo más o menos controlado, este armario andante aparece para añadir otra variable a las 6 a las que ya tenías que estar pendiente. La sala principal de la comisaría deja de ser segura así que claro, sales corriendo por el pasillo este y entonces te encuentras de bruces con un licker. Este juego es más listo que tú.
A nivel de historia, se trata de una de zombis normalita protagonizada por la gente más guapa y mejor renderizada del planeta. A nivel de juego, es un pulso constante entre un juego que sabe lo que vas a hacer y un jugador que sólo sabe que está bien jodido, pero toda predicción tiene un límite y es cuando el jugador se pasa el juego múltiples veces, y es en ese momento cuando ocurre algo extraño. Veréis, el terror sólo funciona cuando el que está ahí está indefenso y no sabe qué va a pasar, así que cuando ya lo sabe, el juego pasa a ser un juego de acción bien competente. Un dos por uno muy completito y una tremenda lección de narrativa a través de la interacción. 








-CELESTE (Matt Makes Games, 2018)

Celeste es un juego absolutamente increíble. En cuanto a cómo está diseñado no hay siquiera comparación en cuanto a niveles 2D. Están los Mario originales y dos más. Es brillante en todos sus aspectos. También es bastante difícil, pero a diferencia de muchos otros juegos del estilo, no es cruel, No te restriega en la cara lo difícil que es, más bien al contrario. Celeste está de acuerdo contigo en que es difícil, por eso mismo las consecuencias de fallar un salto se reducen a repetir la misma pantalla en la que estás y el juego ofrece ayudas para los jugadores que no se vean preparados para el reto tal cual es, en un maravilloso ejercicio de inclusión. Y aún así, los desarrolladores animan a los jugadores a pasarse el juego tal cual está hecho, porque este juego va precisamente de que sí, es difícil, por eso mismo es tan satisfactorio superar cada obstáculo y acercarse un poquito más al objetivo. Y todo esto es antes de entrar en la historia, en la que Madeline decide escalar una montaña peligrosa y extraña sin ninguna experiencia sólo para sentir que ha hecho algo con su vida. Si sois millenials, estoy bastante seguro de que entendéis este sentimiento. La dificultad convierte a Madeline y a los jugadores, poco a poco, en una sola persona y eso beneficia a la historia a su vez, porque ese enfrentamiento interno y ese "no puedo hacerlo" que persigue a Madeline hasta el punto de que adquiere presencia física está reforzado por el gameplay y, con todo, sigue siendo cercano y dulce. Este juego hace reír y llorar a partes iguales y ambas cosas se unen en la subida final hasta la cima de una forma que deja blandito al más pintado. Es un viaje de autodescubrimiento a través de un salto y un dash que funciona como un reloj y del que sales mejor persona.








-DOOM ETERNAL (idSoftware, 2020)

DOOM, lanzado en 2016, fue un juego que me encantó, pero había algo que no me terminaba de convencer como a los demás. Ya dije en twitter que la última hora se me hizo repetitiva con el combate sin descanso, pero es que había, quizá, otro problema de fondo en se juego que causó ese otro problema al final: puedes pasarte buena parte del juego usando una o dos armas porque las había totalmente rotas y, además, en los combates se terminaba haciendo lo mismo una y otra vez, lo que quitaba algo de diversión a la carnicería de demonios. El juego era todo velocidad, todo furia... pero poco más. En DOOM Eternal, ahora también tiene cabeza. Cada tipo de enemigo tiene 2 o 3 armas que se pueden utilizar y cada jugador llega él solito a sus propias conclusiones según lo que le salga más natural en 3 décimas de segundo, tomando decisiones acerca de qué necesita y qué tiene que morir en los próximos 5 segundos. Porque este juego es ajedrez, sí, pero también es fórmula 1 con cohetes. Todas las decisiones son importantes y, sin embargo, todas dejan de importar en menos de medio minuto. A todo esto sólo contribuye que todas las armas son útiles (ya no hay cosas como la superescopeta sustituyendo a la escopeta de combate), la munición es más limitada y el movimiento ha alcanzado mach 2 con el dash y nos queda un combate consistente en entrar y salir como un poseso del combate, motosierra en mano para tener siempre munición y cambiando constantemente de armas según quién sea el objetivo. Es el mejor tipo de caos ordenado, una masterclass en diseño de la que se va a seguir hablando durante bastante tiempo.






-BLASPHEMOUS (The Game Kitchen, 2019)

Como juego, Blasphemous no es el mejor ni el más innovador. Es mi primer metroidvania de Clementoni y tiene un sistema de combate duro y medio exigente al estilo Dark Souls, pero no demasiado difícil. Es la ambientación la que vende todo el conjunto. Este juego está hecho en nuestra españita, así que en vez de irse a la fantasía centroeuropea de perro chiquito, se va a la fantasía del perro mamadísimo del catolicismo andaluz. Y toda esa dureza y crueldad del lore que justifica el gameplay chungo aquí toma forma en el reino de Custodia, un mundo aplastado por la culpa en el que la gente está obsesionada por encontrar la forma más creativa y autodespreciativa de sufrir por sus pecados. Y lo mejor de todo es que esa fuerza vagamente determinada a la que rezan que es el Milagro no sólo existe de verdad, sino que sus caminos son tan inescrutables como los de la mano de mono. Perdón por el spoiler pero, para que os hagáis una idea, una mujer rezó al Milagro para salvar a los condenados a muerte y tortura y el Milagro decidió que tendría que sobrellevar todo ese dolor y sufrimiento ELLA SOLA. PARA SIEMPRE. Si eres de España, todo es reconocible, todo recuerda vagamente a algo porque están revisando una cultura y un arte de siglos que pisó el mismo suelo que pisamos, concentrado y destilado en una experiencia increíblemente satisfactoria y divertida. Y si no sois de España, jugadlo también, en este juego los objetos que dan lore son huesos de gente.







-SAYONARA WILD HEARTS (Simogo, 2019)

Este juego empieza con Queen Latifah coronándote como heroína (y no, no importa tu género en ese título) y tras unas dos horas del mejor álbum de música electrónica desde Cross y salvar el mundo, el juego cierra con una balada preciosa con una guitarra acústica. Y entonces es cuando entiendes que has ayudado a recomponer el corazón de alguien. Incluso el tuyo, ¿por qué no? Sayonara Wild Hearts es una explosión de luz en la que el ritmo y el escenario son uno solo. Hay muchos runner games, pero sólo uno hace a los jugadores experimentar lo más cercano que podrán estar de la sinestesia y es este. Además, es maravillosamente queer, y eso es tan refrescante en el mundillo como precioso en el plano sentimental. Es una experiencia concentrada de catarsis pura de la que uno sale con los poros limpios y un calorcito en el cuerpo que bien merece los 12 euros que cuesta.





-DIRT RALLY 2.0 (Codemasters, 2019)

Los rallies son la disciplina de motor más simple y a la vez la más arriesgada. Simplemente hay que coger un coche por una carretera secundaria o un camino de tierra e ir lo más rápido posible. Lo complicado viene cuando pensamos por un momento en lo que eso implica: en la Fórmula 1, mientras se conducen los coches más rápidos del planeta, hay bastantes escapatorias, grava, barreras de neumáticos y buenas medidas de seguridad. Sigue siendo muy peligrosos, como demostró el reciente accidente de Romain Grosjean, pero las medidas de seguridad son muy altas. En los rallies hay los mismos guardarraíles de una carretera normal si tienes suerte y, si no tienes suerte, pues te estampas contra un árbol. En la fórmula 1, si te sales de la pista, pierdes un par de segundos o el impacto se reduce. Si te sales de la pista en un rally, te caes por un precipicio. Esta disciplina tiene una mezcla entre perfeccionismo obsesivo, disciplina espartana y castigos dignos de la inquisición por salirse de la línea que disparan la ansiedad de cualquiera que quiera hacer las cosas bien, porque o clavas los tramos, o caes en la clasificación, o te estrellas. Es competición pura en la que sólo los que son capaces de ser perfectos bajo presión pueden tener éxito y Dirt Rally 2.0 refleja todo esto a la perfección. Cada coche y cada tramo son brutales cada uno a su manera y la concentración que se necesita para acabar los tramos de una pieza es absoluta. Pero, si sois unos flipados de los coches como yo, toda esa sangre, sudor y lágrimas merecen la pena por los mejores y más fieles sonidos de motores jamás producidos en un videojuego. El paraíso de los frikis de la tierra y las cuatro ruedas.






-THE LEGEND OF ZELDA. OCARINA OF TIME (Nintendo EAD, 1998)

¿Qué puedo decir de Ocarina of Time que no se haya dicho ya? Es El Quijote, es Hamlet. Si alguien te pregunta cuál es el gran clásico de la historia del videojuego, Ocarina of Time siempre sale entre los 5 primeros. Y hay varios motivos por lo que eso es así: su por entonces revolucionario uso del 3D, su sentido de la maravilla, sus mazmorras, cuyo diseño se mantiene bastante bien a día de hoy... Pero creo que hay un pequeño detalle que se le escapa a algunos: es un cuento. No, no tiene "aire de cuento". ES un cuento. Es todos los cuentos y el suyo propio al mismo tiempo y seguramente el secreto de su increíble éxito es que sea tan universal que todo el mundo lo pilló y, más importante aún, se sintieron los mayores héroes de la historia. Ya os hablaré con detalle de esto, pero comprendo perfectamente su lugar en la industria. 




Antes de pasar al premio más prestigioso de la industria del videojuego, que siempre es el que da uno mismo, me gustaría honrar la tradición de las menciones especiales. Pero como ya dije, esto no van a ser pelis. Así que aquí van una serie de cosas que he leído o visto este año y que os recomiendo muy mucho muy fuerte.

-Violet Evergarden (Kyoto Animation, 2018), por su maravilloso retrato de la guerra, la empatía y las relaciones humanas.
-Neon Genesis Evangelion Episodes 25 & 26 are good, actually (CodexEntry, 2019), por defender los episodios peor entendidos de la cultura popular.
-Akudama Drive (Pierrot, 2020), por los niveles ridículos de detalle para las secuencias de acción mejor hechas que he visto en bastante tiempo.
-Your Name (Makoto Shinkai, 2016), por sobrecomplicar la historia de amor más simple del mundo y conseguir que le salga bien.
-Teen Titans GO (To the movies) (WB Animation, 2018): Por recordarnos de la mejor manera que las franquicias multimillonarias son temporales, pero la amistad es para siempre.
-Post-human: Survival Horror (Bring Me The Horizon, 2020), por canalizar la furia típica de la banda hacia algo con lo que todos podemos reconocernos este año.
-Tyler Perry and The Art of Absurdity (Nyx Fers, 2017), por encontrar el terror dentro de la comedia.
-La Caverna (José Saramago, 2000), por recordarnos que Amazon es la fuente de todo mal hasta el punto de amenazar nuestra existencia metafísica.


Y tras estas historias que por una razón u otra se me han quedado grabadas en este conjunto de conexiones mal hechas que llamo cerebro, vamos con el premio al juego del año, el cual no es otro que...




-JUEGO DEL AÑO. PERSONA 5 ROYAL (P Studio, 2020).

Persona 5 Royal es un videojuego absolutamente monumental y si algo me arrepiento de este año es de no haber tenido tiempo de analizarlo como es debido, pero desde luego pretendo tener una cosa lista (¿o varias?) a lo largo del próximo año, porque desde luego tengo mucho de lo que hablar. Su estilo es único en el género, su combate es rápido y lleno de posibilidades y su historia alcanza las mayores alturas... y las más bajas profundidades del fanservice. De entre todo esto hay algo especial y eso sería los personajes: todos ellos tienen algo que les hace memorables y gente con la que te gustaría pasar un rato con ellos. Joder, en este juego he encontrado mi alma gemela virtual en Makoto. Pero si me tengo que quedar con algo de todo lo bueno que tiene (y tiene MUCHO), es algo que ni siquiera depende del juego en sí, ¿pero qué son estas listas sino una elección puramente subjetiva?

La cuestión es que evité Persona 5 durante años porque es un juego en el que existe un tiempo limitado para completar el juego, así que es necesario organizarse, y aquí está un poco el tema, porque en mi vida real soy un absoluto desastre organizándome, así que ser bueno en el juego y malo en la vida real se me hacía raro. Pero algo cambió en verano de 2019. No voy a entrar en demasiados detalles, pero me vi con una cantidad de responsabilidades encima que nunca había tenido antes. A paso lento pero seguro, estoy cambiando, aunque aún hay muchas cosas en las que debo mejorar. Me voy tan tarde a la cama que da igual lo mal que me caiga Morgana, porque sé que tendría razón. Al mismo tiempo, el mundo se ha ido a la mierda de tal manera que nadie sabe si volveremos a aquello que considerábamos normal algún día. La mía es una generación a la que se le prometió el oro y el moro pero que ya ha pasado por dos crisis y a la que alcanzar el nivel de vida de sus padres es el equivalente de tocarles la lotería, todo mientras vemos cómo la gente con poder hace absolutamente nada por ayudarnos y todo por mantenerse en su sitio y humillar a los de abajo con decisiones ridículas, violencia y odio. A Persona 5 se le ha acusado de ser demasiado infantil, pero a villanos de opereta como los que tenemos en la vida real les corresponden caballeros ladrones. Persona 5 Royal tiene tanta fantasía en su forma de conseguir justicia contra la maldad de las instituciones y personas en el poder como realidad a la hora de madurar y crecer como seres humanos y por eso es mi Juego del Año 2020.