domingo, 18 de agosto de 2019

Un estudio de BJ Blazkowicz



Cuando este blog empezó hace ya más de cuatro años, lo hice porque quería explorar más a fondo el mundo de la crítica cultural. Y lo quería hacer en el medio con el que había crecido y que, con el paso del tiempo, sólo he admirado más y más. He descubierto grandes historias por el camino y las grandes historias suelen tener una característica: buenos personajes. No es imprescindible (ahí está Dark Souls para atestiguar eso), pero los personajes suelen ser una buena manera de adentrarse en una historia. Conectas con alguien y esa conexión es la que da lugar, no a que te atraiga la historia ni su mundo, porque eso va por otro lado, pero sí a que te importe. Te importan el mundo y la historia que ocurre en él porque te importan los personajes que se ven afectados por los acontecimientos.
Hay muchos personajes fantásticos por ahí: GLaDOS, Cloud, Jak, James Sunderland, Ellie, Big Boss...

Pero estoy seguro de que, hasta hace bien poco, nadie se esperaba ver ahí a William Joseph Blazkowicz.

Como dice Set Roth, con esa curiosidad científica suya, Blazko es un hombre de acción. Tiene el físico esculpido en mil batallas con los nazis. Eso, normalmente, ha sido la excusa para no tener que pensar de más en su personalidad: Blazko es parco en palabras, resiliente y decidido a parar a los nazis como sea.

Sin embargo, cualquiera que se haya leído Viento del Pueblo o El Hombre Acecha, las maravillas que Miguel Hernández escribió durante la guerra civil española, sabe la profundidad de los conceptos que puede manejar la mente de alguien dispuesto a dar su vida por un mundo más justo. MachineGames parte de ahí con Terror Billy y éste se plantea preguntas muy interesantes: ¿Alcanzaremos la paz algún día? ¿Será para mí o moriré antes de acabar esto? Si sobrevivo... ¿Me lo merezco?





Antes de ponernos intensos, creo que conviene empezar por el principio y hablar un poco de Wolfenstein 3D y de su desarrolladora, Id Software. En los 90 eran los reyes del mambo pero los juegos eran... raros. En vez de tener una historia clara y definida, dejaban que la ambientación sumergiera al jugador en una orgía de balazos, metal y sangre. Era una aproximación extraña porque cogían una estética y luego le daban al jugador un arma y le decían que la matase muy fuerte. Aunque, en el caso de Wolfenstein 3D, toda la historia está en el nombre: Blazkowicz es el apellido de un inmigrante polaco que ha llegado a los Estados Unidos. El nombre en sí mismo casi justificaba el primer juego, convirtiéndolo de un festival ultraviolento (para la época) a un acto de justicia poética contra el nazismo en el que un polaco americano cosía a balazos a Mecha Hitler.

Pero cuando ha ganado protagonismo la caracterización de su personaje es en la nueva saga hecha por MachineGames. Aquí se va a hablar de The New Order y The New Colossus, pero también es cierto que ahí está el juego de 2009, con puntos en común con esta nueva trilogía.

The New Order y The New Colossus son dos cosas completamente diferentes. El primero es extrañamente reservado para ser un juego que hace realidad los proyectos más locos de los nazis. El segundo es más grande y más excesivo, lo que lo deja más expuesto pero a la vez lo hace capaz de llegar más lejos.






En el primer juego no sabemos lo que Blazko vivió con su familia, pero sí que levemos reflexionar sobre su infancia y sobre su papel en la guerra y después. Es alguien muy reservado porque sabe que lo que tiene que hacer es demasiado importante para dejarse llevar, pero una cosa es que se lo guarde y otra cosa es que no sienta nada. En su tono reservado están los recuerdos de una vida no necesariamente mejor, pero sí una en la que podía ser... William. Recuerda a su padre y una vida más sencilla en su pueblo. La primera cinemática es él soñando con el lujo de una vida normal, algo que no ha tenido en su vida. Demuestra empatía y un profundo respeto por aquellos que están a su lado. Con todo, como ya he dicho, es algo bastante reservado. Sus reflexiones tienen un tono melancólico por lo que ha perdido sin dejar de pensar en lo que tiene por delante y se centra en detalles que echa de menos antes que en demostrar abiertamente sus sentimientos, algo que un hombre hecho y derecho de los 40 o 60 del siglo pasado no podía permitirse.

En The New Colossus se hace un gran énfasis en los padres de Blazko y ahí vemos que es producto de dos personas muy diferentes. Su padre es un empresario fracasado que cree que la raza blanca está siendo ultrajada y su madre era judía. El síndrome de Edipo es fuerte en este juego. El padre es alguien absolutamente despreciable y no quieren esconder ese hecho. Podría criticar que sea demasiado exagerado, pero eso ya lo expliqué cuando hablé de Borderlands 2. La clave aquí está en su madre, que le enseñó valores como la compasión, la empatía y aprender que ante los problemas uno se planta firme como un árbol, a lo Capitán América, en vez de lanzarse a lo loco o huir. Pero no es que Blazkowicz no aprendiese nada de su padre. En concreto aprendió que para proteger a los que le importan no pasa nada por ejercer violencia contra el prójimo, lo que nos dejó el maravilloso plano del BJ niño durmiendo abrazado a una escopeta. Para añadir un poco de salsa a la receta, del ejercito sacó una excepcional rectitud y un profundo disgusto por el comunismo.






Es alguien que "lucha por los que le importan". Incluso él mismo lo dice, pero creo que es algo un poco más complicado que eso. Hay cierto momento en el que cree que es buena idea no contarle a Anya, su novia desde The New Order, que está bastante malito y dudo que eso sea sólo porque ella le importe. Tiene tatuado en su cerebro gracias a su madre que debe estar ahí para los que le importan y le necesitan, pero debido a lo que aprendió a su padre y el ejército cree que sólo hay una manera de hacerlo. Está acostumbrado a hacer muy bien una sola cosa y no ser capaz de seguir haciéndolo es una idea que lo aterra.

No es una metáfora súper currada, pero su cuerpo maltrecho con la salud capada a la mitad es un recordatorio permanente de esa debilidad que asume que tiene. También está ahí para recordarnos que Blazko es poco menos que un dinosaurio. Lleva en el medio desde los 80, lo que lo convierte, en términos relativos, en poco menos que el Homo Antecessor del medio. Lleva matando nazis desde antes de que yo naciera y está bastante cansado y viejo. No sólo no parece haber conseguido nada sino que, en esta nueva saga, los nazis están más fuertes que nunca. El sabe que debe seguir, quiere seguir, pero cree que ya no puede más.





Es por eso por lo que BJ Blazkowicz no se salva a sí mismo, sino que lo salvan otros.

En una de las escenas más intimidantes de los Triple A modernos, a BJ Blazkowicz lo decapitan en una ejecución pública. Lo que lo sigue es una de las secuencias más raras que he visto jamás, en la que un dron pilla la cabeza mientras la tiran a un horno y la meten en un tubo como si esto fuese Futurama. Pero a pesar lo absurdísimo de la situación, es el tema de fondo lo que lo une todo en algo coherente y, en este caso, hasta bonito.

Terror Billy es el nombre que le dan los nazis a Blazko, pero para todos sus aliados, ese nombre es sinónimo de esperanza. Su lucha incansable es un símbolo en sí mismo. Simplemente con estar ahí y existir ya es suficiente para mucha gente a su alrededor. Como dije antes, BJ no es que sea precisamente el cerebro de la operación. El ejército le enseñó rectitud y disciplina, pero también a seguir órdenes. En esa única cosa que sabe hacer mejor que nadie no está incluido mandar, así que es alguien que se deja llevar por una causa que considera justa haciendo lo que puede. Sabe delegar y las circunstancias extremas de su infancia le hacen capaz de elegir muy bien de quién se rodea.





Aunque hay un detalle muy curioso: las figuras en las que confía con fe ciega para dirigirle son todas mujeres. Caroline, la jefa de la resistencia en el primer juego, es una figura que reverencia y por la que Blazko estaría dispuesto a morir, igual que con Anya. En The New Colossus, se lanza a rescatarla sin pensarlo, diciendo explícitamente que va a por ella a pesar de que Fergus (o Wyatt, pero ya hablaré de eso), otro de sus socios de New Order, también está allí. Fergus, Bombate, Seth y Horton son amigos suyos y Blazkowicz los respeta, pero no veo qe sea lo mismo. Con ellos tiene algún tira y afloja puntual, lo que los reduce a aliados a su nivel, pero con las mujeres de su grupo nunca pasa, nunca alza la voz y la única confrontación que hay es con tristeza en vez de con furia. No quiere estar en la situación de no estar de acuerdo con Anya e incluso en ese caso se debe a que su desesperación se lleva lo mejor de sí mismo. Se podría decir que es porque MachineGames no sabe hacer una discusión entre un hombre y una mujer (sí, esto pasa con algunos guionistas), pero no creo que sea el caso aquí. La otra explicación es que este Blazkowicz confía más en las mujeres por instinto. En su cerebro está grabado un respeto que no es tan automático en el caso de los hombres.

Antes de ser decapitado (de hecho, es la razón por la que lo pillan en primer lugar), BJ fue a su antigua casa en Mesquite, Texas, para recuperar el anillo herencia de su madre. Antes de eso, intentó ocultarle a Anya que estaba en las últimas. Esto supone que, a pesar del riesgo, no va a rendirse. No sólo va a proteger a la mujer que quiere, va a quererla como cree que se merece. Eso, para un militar con el pasado que tiene, es un momento bastante potente.
Hablando de lo cual, creo que es una buena idea comentar que esta es, en parte, una historia de amor. Sí, en serio, esta es una historia de amor en la adversidad, sólo que la adversidad son los nazis dominando el mundo. The New Order empieza bastante bien, con los personajes conociéndose a lo largo de la historia (pero ella ya lo quería porque tenía que cuidarlo *gasp*) y queriéndose genuinamente. Se compenetran bien y los dos se quieren de verdad. BJ dice explícitamente varias veces que Anya es el motivo por el que sigue haciendo lo que hace. Sigo sin poder creerme que un shooter ultraviolento como este sea el hogar de una historia en la que se tratan el romance y el sexo de forma sana.

Wolfenstein The New Order y Wolfenstein II The New Colossus son historias de amor y optimismo en el que partes piernas de nazis con un hacha. Son historias con un reparto diverso en el que varias personas muy distintas deben ponerse de acuerdo para alcanzar un objetivo común, pero el alma de ese grupo siempre es BJ Blazkowicz. Ya era un icono fuera de la historia y en esta nueva saga, también lo es dentro. Pero eso suponía un pequeño problema. MachineGames tenía que ver más allá del icono y perfilar a una persona, alguien capaz de representar en el guión lo que hace el jugador cuando toca disparar. La respuesta a ese problema creo que nadie se la esperaba: en vez de remarcar su brutalidad, remarcaron su melancolía contenida, su sufrimiento y su humanidad. Porque eso es lo que le convirtió en alguien capaz de hacer grandes cosas.