viernes, 3 de marzo de 2017

Pokémon Sol y Luna: Un verano de ensueño.


Pokémon es una de esas cosas que si no has jugado de niño no has tenido infancia, como ver El Rey León o ir a dormir a casa de un amigo. Yo no he hecho ninguna de las tres y así he salido. Sin embargo, estoy dispuesto a recuperar el tiempo perdido. Ya he dado mis impresiones de Mario Kart 7 y ahora toca Pokémon Sol y Luna, que además garantizaba una revolución en la saga. ¿Lo ha hecho? Bueno, eso me lo diréis los veteranos. Lo que sí puedo decir es que este juego me ha alucinado.



Alola es AGRADABLE, con mayúsculas. Parece patente que querían, dentro del propio universo Pokémon, un lugar genuinamente turístico. Da gusto explorar esta isla, que además está muy bien diseñada, no tanto como "niveles", sino como lugares reales, y suelen ser coherentes (La jungla Umbría está en la base del volcán de Akala, por ejemplo)
El Paraíso Æther es un ejemplo bastante claro de cómo se construyen los escenarios: con 2 pinceladas (Color blanco, luminosidad y líneas rectas) y la música adecuada te da la sensación de diáfano, aséptico y apacible, pero a la vez de artificial y, por tanto, falso. O Pueblo Ohana, un pueblecito con una sola calle de tierra, casas de madera con porche y una música de armónica. Y así con todos los lugares. En Game Freak consiguen crear escenarios con muy pocos elementos. Pierden profundidad, pero a cambio se reconocen a la primera. Y no sólo son increíblemente bellos sino que hay muchísimas cosas por hacer. Algunas de ellas se aprovechan de su propio paisaje, como por ejemplo su modo foto, que es juntar Pokémon Snap con Instagram. Parecerá una tontería, pero le da muchísima credibilidad a su mundo.


Con los personajes hace lo mismo. Normalmente no reflejan más que dos o tres elementos (Por lo menos uno bueno y uno malo) para definirlos. Pero lo más sorprendente es que FUNCIONA. Como pasa con los escenarios, esto hace que sean más simples que el mecanismo de un chupete, pero aún así, como dependen unas características de otras, resultan creíbles.
Este es precisamente el problema que tengo con Samina, la presidenta de la Fundación Æther y [ALERTA SPOILER] mala del juego, cuyo motivo para la villanía es el mismo de Death The Kid para no matar algo (En puto serio) realmente entiendo la base, pero no termino de ver la asociación entre que desaparezca su marido y se convierta en una psicópata con un plan absurdísimo. No tiene solución de continuidad, como tampoco lo tiene su cambio de comportamiento como madre, y eso que es una parte esencial del comportamiento de Lylia y Gladio. Y mira que era tan fácil como en El Quijote: "del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro", pero dilo, qué te cuesta. [FIN DE LOS SPOILERS]







Otro "problema" es el rival. A Azul (Gary) lo odias porque es un cabrón engreído que te asalta en el peor momento. Tilo, por el contrario, palidece al lado de Gladio, que sí toca algo más las narices. Lo pongo entre comillas porque pega con la sensación de colegueo que habla del cambio de mentalidad, de las ganas de disfrutar. Pero si luego pones a alguien como Gladio, haces que Tilo quede relegado.
Aún así la Historia, como tal, no es tan mala. Es sencilla pero efectiva, y se aprovecha de la filosofía de Pokémon para lanzarse de cabeza al descubrimiento, ya sea de lugares preciosos o de uno u otro entrenador. Todo dentro del Recorrido Insular, que te obliga a explorarlo todo. Esto da lugar a encuentros y desencuentros, y consigue no parecer demasiado forzado. Además la historia está bañado en una sana deportividad y buen rollo. Se suele criticar esto de Pokémon, y puede que yo mismo me aburra si juego a más juegos, pero da gusto ver algo así cuando se supone que las cosas tienen que ser adultas y maduras. Y el juego tiene guiños maravillosos a su propia saga, como el Team Skull, que ni siquiera dentro de su mundo se toman en serio.

Al luchar contra los ultraentes se encuentra la primera piedra de un lore bastante profundo que no sólo da lugar a teorías más que interesantes, sino que son de esos detalles que le dan sabor y vida a su universo. Esa gente tiene sus vidas, sus cosas que hacer y su personalidad más allá de lo que tú puedas ver. Son esas cosas las que me hacen querer perder el tiempo en Alola.


                                            .            Tu nuevo mejor amigo







Y todo esto sin empezar a hablar de las verdaderas estrellas de esta saga: los Pokémon. Sin embargo, no voy a hablar de los combates todavía, sino de una de las mejores ideas que han tenido nunca: el pokérelax.

El pokérelax es una idea muy simple: tú mimas a tus pókes, los cuidas, les das de comer... y luego se comportan mejor en combate. Hay incentivos mecánicos para hacerlo, porque luego resulta que se quitan estados alterados ellos solitos, aumenta su probabilidad de críticos o incluso de ignorar daños fatales. Si inviertes tiempo en ganarte el cariño de estos bichejos virtuales te verás recompensado. Pero lo mejor es que acabas haciéndolo casi por gusto, llega un punto en el que no he sido capaz de deshacerme de ciertos pokémon porque había recorrido las islas con ellos. Los había entrenado, subido de nivel, hecho más fuertes. Me parece una de las claves porque, bueno, se supone que de eso va todo esto, de que es tu vínculo con los pokémon, y no sólo sus números, el que te da la victoria.
El único defecto que se le puede achacar a esto es que puede llegar a romper el juego por completo. Así, el combate contra la kahuna de Akala, con pokémon de tipo tierra, se saldó con dos bajas con mi Dartrix. El primer pokémon, con Movimiento Z, y el segundo pasando de un golpe que tenía que debilitarlo y haciendo un crítico. Con todos sus huevos.

Ahora sí, pasemos al combate. Por lo general no soy muy fan de los RPG por turnos, pero Pokémon es una buena iniciación. Un turno da y a la vez exige una estrategia, y eso es algo esencial. Si bien los tipos, los objetos y demás dan ayudas y hacen que no tengas que pensárselo tanto, sigue haciendo falta pensarse las cosas. Bajar stats y protegerse es tan importante como sacar ataques supereficaces. Saber atacar y defender cuando convenga es primordial. Y claro, los tipos. La tabla de tipos es algo que hay que saber, como el Código Konami o que Ciudad Infestada es un nivel de mierda. Existe la ayuda de saber qué ataques son supereficaces, pero llegará el momento en que lo tengas que saber y punto. Está bastante bien que al menos en el modo Historia tenga una cierta dificultad. No es que sea súper difícil, pero si no haces los deberes pueden reventarte muy fácilmente. Aprovecharán tus errores y si pueden darte el golpe de gracia te lo darán. No como en Rubí Omega, en que te dejaban en rojo y te hacían Gruñido. Y ya he hablado de los Movimientos Z antes, que es la gran estrella: un superataque único por combate que casi garantiza la baja instantánea. De ti depende cuándo lo usas, y eso también puede decantar la balanza a tu favor o en tu contra.

El Árbol de Combate es un gran añadido post-juego, y un gran entrenamiento para el competitivo. Un verdadero reto para los nervios que mezcla ajedrez y póker, y en el que hay tal cantidad de variables y estrategias a tener en cuenta que el más mínimo error o la habilidad de predecir a tu rival puede suponer la diferencia entre la victoria y la derrota. En el Árbol intentarán imitar sus estrategias y no se andarán con contemplaciones, por lo que tienes que tener muy claro qué equipo llevas y la estrategia que debes seguir con él.

Capturar, por su parte, es otro rollo totalmente distinto. Es una obra de orfebrería y una prueba al temple del entrenador. Una especia de El Precio Justo en el que no puedes usar el Pokémon que usarías en un principio, ni los golpes más fuertes. Es muy tenso, pero si lo consigues da una satisfacción sin igual.



"Y TÚ SABRÁS QUE MI NOMBRE ES YAVHÉ CUANDO CAIGA MI VENGANZA SOBRE TI"





En conclusión, Pokémon Sol y Luna es un juego estupendo, una gran vuelta de tuerca a muchas cosas de la saga que hace que tanto los novatos como yo como los veteranos se sientan como en casa. Me ha encantado Alola y estaré dispuesto a explorarla las veces que haga falta. Hay tanto por hacer, tantos pokémon por conocer y tantas cosas fascinantes que ver que es imposible decirle que no a un ratito más.